El tipo de cambio, China y la FED.
Comenzando este año, el tipo de cambio en Chile parecía desvinculado de sus fuentes de volatilidad habituales (principalmente el precio del cobre), y es que desde el 18-O, los factores locales comenzaron a tomar protagonismo. Además, el tipo de cambio había dejado de fluctuar en torno a los $640 (como lo venía haciendo en los últimos 5 años) y quedó en un nivel más alto, reflejo del mayor riesgo local. Estimamos que el precio del dólar en Chile quedó $150 arriba, por un tema estructural.
Sin embargo, este año las fluctuaciones del precio de la divisa -además de ser mucho más extremas- han vuelto a depender mayoritariamente de factores externos; principalmente por las decisiones de la Reserva Federal y por las restricciones derivadas de la dura política cero Covid en China. En el primer caso, un alza de tasas de la FED (o mayores perspectivas de que eso es lo que sucederá), provocan un alza en el tipo de cambio y viceversa. Es así como luego de promediar un precio de $809 durante el primer trimestre del año, el dólar comenzó a subir rápidamente en abril, luego que la FED endureciese su discurso, aumentando perspectivas de una normalización más acelerada de las tasas de interés.
Luego vino un endurecimiento de las políticas sanitarias en China por el covid, con cierre de puertos (volviendo a afectar las cadenas de abastecimiento internacional) y un control muy duro en la población, afectando la actividad local y, con ello, el precio del cobre. Esto, porque se presume una menor demanda por cobre de nuestro principal comprador, dada la menor actividad. El impacto de esta medida hizo subir con aún más fuerza el tipo de cambio a nivel local, incluso motivando una intervención de este durante julio, cuando traspasó los $1.000.
Es así como este año, las explicaciones sobre la fluctuación del precio del dólar han vuelto a venir desde fuera de nuestras fronteras, con una correlación negativa entre precio del cobre y tipo de cambio que ha vuelto a sus niveles históricos.
Haciendo algunos números, vemos que la correlación histórica entre estas variables es del orden del -87% (alta relación, pero negativa, lo que significa que cuando una sube, la otra baja), esta relación se diluyó en 2019 (con una correlación -52%) pero volvió este 2022 con una correlación de -94%. De esta manera, los factores locales en la fluctuación de la moneda pareciesen haber quedado atrás.
Hacia adelante, noticias sobre Estados Unidos (sus datos e impacto en el fortalecimiento del dólar) y sobre China (la flexibilización de políticas cero covid que permitirá a la nación volver a trabajar), seguirán siendo los principales drivers de la fluctuación del peso.
Carolina Grünwald, Economista jefe Banchile Inversiones