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La inflación sigue siendo muy elevada

Esa fue la frase del comunicado de la última Reunión de Política Monetaria (RPM) que más me llamó la atención. En esta reunión, el Banco Central de Chile (BCCh) optó por mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 11,25%, en línea con lo esperado. Pero esta advertencia sorprendió a buena parte del mercado, que esperaba, en general, un próximo recorte de la TPM en la RPM de abril.

Y es que la inflación sigue siendo muy elevada, no puedo estar más de acuerdo. Además, hay motivos para pensar que no se desacelerará tan rápidamente. Entre ellos, destacan en primer lugar, los altos niveles de precios alcanzados el 2022, donde lidera la división alimentos (que representa un 19,3% de la canasta del IPC). Subió más de 24% anual (ocho veces más que la meta de inflación), en contraste con un incremento promedio histórico de 5%.

Además, este número incorpora alzas de precio aún mucho mayores como el caso de la harina (51%), las pastas (43%), el pollo (41%) y otros. Esto no será rápido de revertir y, es más, traspasa a otras divisiones como la de Restaurantes y hoteles. Por el lado de los alimentos también está latente el tema de la sequía y el riesgo de un recrudecimiento de la guerra en Ucrania, que vuelva a impulsar el precio del trigo.

En segundo lugar, está la indexación. A diferencia de otros países, nosotros tenemos la UF y, por ende, muchos precios que se ajustan acorde a ella. Así, cuando la UF sube mucho, estos precios se mantienen altos de una manera más persistente, más allá de condiciones de demanda. Hay una propagación y mantención “de forma automática”. Específicamente, en la actual canasta de IPC, algo más de un 20% de los precios que incorpora, se reajusta por inflación. Es decir, un 20% de la canasta no va a bajar tan rápido.

En tercer lugar está el tema de las expectativas (que también destaca en el comunicado de la última RPM). Y es que aún cuando estas se han ido reduciendo, siguen todavía muy altas. Y sabemos que las expectativas de los agentes son importantes en determinar la inflación en el corto y mediano plazo.

Es cierto que hay fuerzas que podrían impulsar más a la baja la inflación, como las modificaciones al Mepco y la reciente apreciación cambiaria. Pero también hay riesgos al alza, como podría ser nuevos eventos internacionales, o alguna iniciativa local que lleve -nuevamente- a estimular la demanda interna.

El próximo Informe de Política Monetaria (IPoM) será un gran elemento para poder vislumbrar en detalle cómo se va desarrollando este puzzle. Será publicado un día después de la RPM de abril, ya con el dato del IMACEC de febrero 2023, pero sin el dato del IPC de marzo, calendarizado para el día siguiente de la publicación del IPoM.

Carolina Grünwald, Economista jefe Banchile Inversiones