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Visión IPSA: ¿Qué más se puede esperar después de un extraordinario primer trimestre?

El mes de marzo cierra con una fuerte alza de la bolsa local (11% en dólares) consolidando de esta forma un extraordinario primer trimestre. Es así como el IPSA logra trepar un 25% durante los primeros tres meses del año destacando respecto de otros mercados como EE.UU., Europa y China que caen un 5%, 12% y 6%, respectivamente. Si bien Chile ha sido uno de los mercados accionarios que mejor ha resistido el fuerte aumento de la incertidumbre política y económica global, no ha sido el único. También es el caso de Latinoamérica en general, región en la cual países como Brasil, Colombia y Perú han rentado tanto o más que Chile. Es así como el alza del IPSA no se explica por factores locales, sino que por tendencias globales que impactaron a la región como un todo.

En primer lugar, el creciente diferencial de tasas entre las principales economías de Latinoamérica y aquellas de países desarrollados han impulsado los flujos de inversionistas extranjeros a la región. Estos últimos, no sólo presionan al alza los precios de los activos financieros, sino que además fortalecen la moneda local, aumentando aún más sus retornos en dólares.

En segundo lugar, los actuales temores inflacionarios y logísticos han potenciado el optimismo del mercado respecto del valor de las materias primas. Consecuentemente, este optimismo se ve reflejado en economías y empresas que se benefician positivamente por este mayor valor. Este es el caso de las principales economías de Latinoamérica y también de empresas que tienen un peso relevante en sus índices accionarios tales como por ejemplo Vale, SQM y Ecopetrol en Brasil, Chile y Colombia, respectivamente.

Lamentablemente no se trata de un círculo virtuoso, sino que de hechos indudablemente negativos y entrelazados que han estado impulsado flujos extranjeros a la región.

En columnas anteriores hemos insistido en hacer notar que la valoración de Chile, al igual que la de Latinoamérica, se encontraba en mínimos históricos. Si bien no es la razón por la cual sus mercados accionarios tuvieron rentabilidades positivas si explica en parte que estas sean cuantiosas. Dentro de este contexto, ¿Qué más se puede esperar después de un extraordinario primer trimestre?

Para contestar esta pregunta es necesario tanto estimar el espacio aún disponible para la entrada de flujos extranjeros como volver a analizar ámbito local. Respecto del primero es posible observar que aún existe espacio disponible para la entrada de flujos extranjeros dado que el diferencial de tasas se mantendría por un cierto tiempo, las acciones locales aún presentan un descuento importante y sus monedas tendrían espacio además para apreciarse. Respecto del segundo, las perspectivas son negativas.

La incertidumbre política y económica ha sido la principal variable que ha explicado el destino del IPSA durante los últimos años. Lamentablemente, es posible esperar que esta aumente a medida nos acerquemos a la discusión final del proceso constituyente en curso y avancen iniciativas que tienen el potencial de afectar tanto el crecimiento económico como el mercado de capitales, lo que continuaría afectando las expectativas de crecimiento de la economía chilena. La incertidumbre es enemiga de la inversión y por lo tanto del crecimiento.

Si bien la valoración actual del IPSA continúa presentando un castigo que consideramos excesivo tanto en términos absolutos como relativos, el destacado rendimiento que ha mantenido durante 2022 junto con un potencial deterioro del flujo de noticias a nivel local nos hace estar más cautos que en columnas anteriores. 2021 fue una montaña rusa para el IPSA producto cambios abruptos de escenarios políticos, económicos y sanitarios. Al parecer 2022 no será muy diferente.

Javier Pizarro,

Gerente de Estudios Banchile Inversiones